¿Qué es y cuáles son las etapas de la logística de salida?

De la misma forma que la logística de entrada, las empresas también trabajan con su contraparte, la logística de salida o de distribución. Esta etapa de la cadena de suministro tiene que ver con el almacenamiento, embalaje y transporte de mercancía.

Definida de otra manera, la logística de salida se encarga de la organización y abastecimiento, tanto de materias primas como de productos terminados. El objetivo que persigue es hacer llegar el producto al cliente final en tiempo y forma.

Cuando se planea y diseña de manera correcta un sistema de logística de salida, es posible visualizar de manera amplia y detallada la distribución de la mercancía o los envíos. Tener una buena logística de salida es vital para que la empresa pueda llevar a cabo un servicio al cliente satisfactorio, ya que permite ofrecer actualizaciones en tiempo real.

De manera general, la logística de salida suele abarcar tres etapas: almacenamiento, transporte y distribución de los productos.

Almacenamiento

Esta etapa se relaciona con la recepción, resguardo y movimiento dentro de un mismo almacén hasta el punto de consumo de cualquier unidad logística. También abarca el tratamiento de información de los datos generados en cada proceso.

El principal propósito de la gestión de almacenes es la optimización de un área logística funcional, la cual actúa en dos etapas: abastecimiento y distribución física con el uso de maquinaria como patines hidráulicos o montacargas.

Transporte

Su principal función es el traslado de los productos terminados, materias primas o insumos entre empresas y clientes y puede requerir el uso de máquinas de traslado como montacargas eléctricos en almacenes cerrados. Y su misión es que los pedidos sean entregados de manera puntual, sin daño alguno y en las cantidades requeridas.

Distribución

Esta etapa de la logística de salida puede implicar una combinación de cuatro elementos: productor, mayorista, minorista y consumidor. A raíz de esto, existen tres tipos principales de canales de distribución. El primero implica a los cuatro (productor-mayorista-minorista-consumidor, en ese orden), y se emplea sobre todo cuando se trata de productos con restricciones comerciales, como las bebidas alcohólicas.

El segundo tipo deja de lado al mayorista, quedando así: productor-minorista-consumidor. Un ejemplo son los proveedores de las grandes cadenas de autoservicio o tiendas departamentales. Y el último tipo es el canal directo entre productor y consumidor.

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